Después de las ejecuciones de 8 militares en el estado de Guerrero, Felipe Calderón y los líderes del ejército mexicano en una ceremonia de berrinche amenazan al narco diciéndoles que eso no se va a quedar así. Ahora sí están enojados. Cómo se atreven a descabezar a militares.
Convirtieron el festejo de la ceremonia por el 193 aniversario luctuoso de José María Morelos y Pavón en una gran rabieta en respuesta al asesinato perpetrado por sicarios del narcotráfico.
Calderón dijo: “Se trata de verdaderos traidores que con tal de ampliar sus intereses son capaces de realizar cualquier barbarie y atentar no sólo contra el tejido social, sino contra los más altos valores de los mexicanos, la vida, la seguridad y la libertad”.
Calderón manifestó en todo su discurso mensajes imprecisos y sin sentido, que reflejan su limitada capacidad de expresión y su intención demagógica. Lo que es preocupante pues si no se tiene claridad en las ideas, no sé a dónde iremos a parar.
Calderón señaló que, “con tal de ampliar sus intereses son capaces de realizar cualquier barbarie y atentar no sólo contra el tejido social, sino contra los más altos valores de los mexicanos, la vida, la seguridad y la libertad”, frase por demás hecha y aplicables a los banqueros que tiene al país de rodillas, o a Slim, o a Televisa, o a los de Pasta de Conchos, o a los de Cananea, o a Elba Esther Gordillo o a los mismos partidos políticos.
Mientras el ejército en una acción casi hollywoodezca inició una persecución con la consigna de que ahora sí “van por los asesinos”. Desplegó en nueve municipios de Guerrero un operativo por aire y tierra, en el que participan decenas de elementos de élite, para buscar a los responsables del asesinato y la decapitación de ocho soldados.
Y nuevamente Calderón dijo, “responderemos con la acción firme del Estado, porque México es más fuerte que cualquier banda de delincuentes”. Esperemos que sea cierto y no más otra calentura del momento.
Pero lo que realmente indigna fue la participación del comandante de la novena región militar, Enrique Alonso Garrido, quien dijo que fue “un grave error de los delincuentes este atrevimiento” y declaró abierta la guerra al crimen. “No habrá la mínima consideración ni concesión, mucho menos descanso”.
Es decir que cuando mataron al joven Martí y a la niña Vargas les valió madre. Cuando ajusticiaron a más de 5 mil personas en un año les valió madres. Sólo cuando les tocan a los suyos les corroe el coraje, el patriotismo y la voluntad. Y señala también que ya no van a “darles concesiones”, ¿a qué se refiere? ¿Estaban coludidos? ¿Por eso son traidores? ¿Mataron a sus socios? No entiendo.
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